Es natural que el dolor, en un primer momento vaya anestesiando nuestros sentimientos, nos lleve al aislamiento y creamos que en el sufrimiento estamos solos.
No debemos olvidar que formamos parte de una familia y que lo más grande que tenemos es común con nuestra pareja es el amor que nos une y los hijos que son el fruto de ese amor, el origen y la causa de nuestra decisión a unirnos como pareja.
Debemos intentar priorizar nuestra relación para poder compartir y fortalecer el trabajo de recuperación.
Muchas veces ocultamos nuestros sentimientos, ya sea por pudor, por no querer dañar al otro, al que nos acompaña, para no agravar el estado emocional de nuestra pareja. Pero es muy importante no ocultar nuestros sentimientos, dar a conocer lo que cada uno siente y por lo que está pasando para que nuestra pareja pueda comprendernos y compartir. La esencia del matrimonio es la de compartir la vida, con sus cosas buenas y no tan buenas.
Debemos ser pacientes con nosotros mismos y con el otro, debemos respetarnos, ya que nuestros tiempos no son iguales y quizás la recuperación se dé en etapas distintas. Intentemos no culparnos por las lágrimas o por las sonrisas del otro. Tratemos de recuperar la intimidad, ya que el amor y las caricias curan.
Es común advertir que luego de la partida de un hijo prosigue una crisis matrimonial o de pareja. Hay que tratar de prestar atención a esto. NO ABANDONARSE, PARA NO PERDER MÁS DE LO QUE SE HA PERDIDO. Recordar que la relación conyugal involucra mucho más que al hijo que partió.
RESPETAR, ACEPTAR, COMPRENDER Y APOYAR cada una de las manifestaciones de nuestra pareja, para que se sienta contenido y a la vez yo me sienta igual.
Hay que volver a encontrar un sentido a la vida, debemos buscar el tiempo para compartir y comprendernos, recordando que nuestro hijo ha sido el SÍMBOLO DE NUESTRO AMOR y debe seguir siéndolo.
¿Cómo están mi otros hijos frente a la muerte de su hermano/a?
Mis otros hijos tiene los mismos sentimientos de tristeza que yo padre o madre.
Al igual que ocurre conmigo, mi hijo se muestra confundido y a la defensiva con relación a la muerte
Un hijo reacciona ante la pérdida de su hermano, y también frente al cambio que advierte en la conducta de los padres, y otras personas cercanas.
Es importante que le hagamos saber que la tristeza que sentimos los padres no disminuye el amor que nosotros sentimos por ellos.
Tenemos que permitir que nuestros hijos manifiesten su tristeza en forma positiva (dibujos, cuentos, poesías, cartas, volcándose a la naturaleza, o al espiritualidad). Debemos alentarlos a tomar este camino.
¿Cómo puedo ayudar a elaborar el duelo del hermano? Recordando que a veces los hermanos también pueden sentir sentimientos de culpa, o sentirse responsables por la muerte del hermano. Debemos hablar con ellos y explicarles serenamente que las peleas o sentimientos negativos entre hermanos son naturales y que ellos no deben sentirse responsables de su muerte. Que ellos no causan la muerte, ni influyen sobre ella.
No debemos tener miedo de mostrarnos emocionados ante ellos. UN SILENCIO CARGADO ES MUCHO MÁS DIFÍCIL DE COMPRENDER POR NUESTROS HIJOS QUE UN LLANTO ABIERTO Y SINCERO
NUESTRO EJEMPLO ES FUNDAMENTAL PARA ELLOS. Al mostrar nuestra propia pena, demostramos que ellos también pueden llorar, sentirse tristes, enojarse, reírse, usar la ropa del hermano muerto o simplemente comenzar a olvidar algunas cosas.
Nuestros hijos no vinieron a este mundo para amargarnos; por el contrario; Nacieron para cumplir una misión que no por corta, deja de ser Plena. SEPAMOS DESCUBRIR EN ESE CORTO VIVIR EL PROYECTO CUMPLIDO POR NUESTROS HIJOS.
Nadie vivió en vano, aunque sea unas pocas horas; cada vida vino a sumar vida a las nuestras.
De
padres y madres en duelo
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