viernes, 4 de enero de 2013

ESTAR EN DUELO Y HACER EL DUELO

Conviene diferenciar entre estar en duelo y hacer el duelo. Estar en duelo es propiamente un estado sufriente pasivo, víctima del sufrimiento. Hacer el duelo es el proceso activo de recuperación integral de la persona en todas sus dimensiones, en una sana elaboración del sufrimiento, poniendo mucha voluntad. LOS ESPACIOS VITALES. El duelo se hace en estos “lugares” de la persona EN EL HABLAR: rompiendo el aturdimiento inicial expresando el sufrimiento, comunicándose. EN EL CORAZÓN: desahogando la pena y canalizando la energía afectiva con un sano amor, en verdad y libertad. EN LA MENTE: esclareciendo y superando concepciones erróneas, ideas insanas. EN LA FE: esperanza en las propias creencias. EN LA ACCIÓN: volver a reinsertarse en la vida con un proyecto significativo de vida, con futuro, siendo feliz. LA SIMPLE OBSERVACIÓN DE UNA PERSONA EN DUELO, ASÍ COMO LA LITERATURA DE SIGLOS Y RECIENTEMENTE ALGUNOS ESTUDIOS DE ESPECIALISTAS, CONSTATA ETAPAS POR LAS QUE SE SUELE PASAR EN EL PROCESO DE ELABORACIÓN DEL DOLOR: 1.- ATURDIMIENTO INICIAL: el sufrimiento puede dejar anestesiado, perturbado, mudo, incluso privado de autonomía de pensamiento, palabra y acción. 2.- LAMENTACIÓN: surgen las primeras expresiones inarticuladas, las exclamaciones, abundan los gestos, viene la queja: “¡No lo puedo creer!” 3.- NEGACIÓN: “¡No, no es cierto!” 4.- RECHAZO: ¡No, no lo acepto! 5.- MIEDO Y ANSIEDAD: “¡ Y si me sucediera…!” 6.- CULPA: “¡Si yo no hubiese…!” 7.- ENFADO: “¿Por qué a mí?” “¿Por qué se lo hicieron, Dios?” 8.- TRISTEZA PROFUNDA “¿Qué sentido tiene ya…?” 9.- RESIGNACIÓN: “¡Me tocó a mi. Es la fatalidad!” 10.- RECOBRANDO SERENIDAD INTERIOR: “¡Después de tanto sufrimiento, estoy recobrando la paz!” 11.- INTEGRACIÓN Y RESIGNIFICACIÓN: “¡Hay que volver a vivir. Mi ser querido me quiere feliz!” La sabia psicología humana necesita de estas fases para encajar un golpe tan fuerte. Lo preocupante es estancarse en una de ellas y no llegar a la aceptación y superación Muchos creen que en el duelo hay que dejar pasar el tiempo que todo lo cura y considerar el sufrimiento como propio, exclusivo y no compartible; no hablar y sufrir en soledad y en silencio; procurar despejarse y evadir los recuerdos; vivir como si nada hubiera pasado, cayendo así en una especie de sumisión ante el fatalismo. Otros, por el contrario, creen que el duelo es un continuo lamento y desahogo exteriores, situándose en un estilo de vida eternamente infeliz; o recluyéndose en un mundo imaginario por sentirse agobiados por la realidad. No es tampoco el duelo para olvidar ni para dejar de amar al ser querido que se nos fue. LA FINALIDAD DEL DUELO ES DAR EXPRESIÓN Y CAUCE SANO A LOS SENTIMIENTOS, SERENANDO EL DOLOR, DOMINADO LA PENA DE LA SEPARACIÓN, ACEPTANDO LA REALIDAD DE LA MUERTE, INTEGRANDO LA EXTRAÑEZA FÍSICA, REORIENTANDO POSITIVAMENTE LA ENERGÍA AFECTIVA CON UN PROYECTO PLENO DE SENTIDO, AMANDO CON UN NUEVO LENGUAJE DE AMOR AL FALLECIDO, PORQUE EL AMOR NUNCA MUERE.

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